Por José Núñez.
«No hay marcha atrás», esa frase fue pronunciada por el doctor Leonel Fernández el 26 de agosto del presente año, y a la sazón del tema, en una coyuntura muy oportuna y en el momento y escenario ideal, ya que le anunciaba al país en un acto masivo, el endoso de un millón doscientas cincuenta mil firmas del pueblo dominicano al apoyo de su proyecto presidencial para el 2020.
La citada frase de que no hay marcha atrás, que tiene un ímpetu guerrero, de una decisión tomada con determinación, además soportada en fundamentos y argumentos valederos, con las evidencias en las manos y un trabajo político electoral actualizado, bien llevado, con resultados positivos, de ser temidos tanto por los competidores externos como los internos, ¿entonces?
Esta situación que vive el PLD hoy en día, es bastante parecida a la del 2012 en lo referente al forcejeo que había por evitar la inscripción formal de la candidata más popular (por la milla) en cuanto a simpatía en las aspiraciones presidenciales, nos estamos refiriendo a la doctora Margarita Cedeño de Fernández, con la diferencia de que el posicionamiento de Leonel ahora, más que duplica al que tenía Danilo para este mismo mes en el año 2011, ya que éste le rondaba entre el 14 y el 16%.
También ahora, a diferencia del 2012, los precandidatos del PLD no han prendido, no tienen pegadas, no están en su momento, literalmente andan dando penas, y ante tantas ofertas en una misma organización, el asunto se les ha puesto más pírrico, donde los funcionarios danilistas no están apoyando militantemente a ninguno de los del paquete hasta ahora.
Y si ayer se bajó el telón a favor del que merecía ser el candidato, no el más popular, no la mejor opción para ganar, se cedió por su historial de militancia y la estructura que formó fundamentalmente a lo interno de su partido, la cual se enquistó y fortaleció desde el mismo centro del poder, desde el 2004 al 2012.
En este contexto cabe preguntarse, ¿y esa actitud de muchos ahora?, sabiendo que el camino está más despejado y que el Camello es más mercadeable, con un posicionamiento rondando la excelencia, «a pesar de los pesares». Sí, así anda el proyecto presidencial de Leonel.
La pregunta adecuada por lo tanto sería, si ayer se valoró la militancia y el historial ejemplar y muy bien ganado de un militante del PLD del calibre de Danilo Medina, haciendo a un lado inclusive la aprobación de su Comité Central, ya que a la ex primera dama fue aprobada por este alto organismo como precandidata presidencial para las elecciones del 2012.
¿Por qué esa inexplicable e inaceptable posición de muchos funcionarios y legisladores peledeístas de hoy contra Leonel? No tienen que quererlo o apoyarlo todos, tienen sus derechos a enfrentarlo, ahora bien, con él hay que competir. Aunque algunos parecen olvidar que el líder del PLD ahora ha reorganizado y preparado sus tropas para la acción.
Por eso el fundamento y el peso inconmensurable de la frase «no hay marcha atrás» está en el contacto con el pueblo que vienen haciendo desde hace varios meses las huestes leonelistas y el propio Leonel, donde las recogidas de las firmas casa por casa retomando los tradicionales Esfuerzos Concentrados del PLD, ya pueden considerarse como una estrategia política genial, y si esta recolección de firmas se miden por los resultados, no hay desperdicios.
Mientras que los argumentos para Leonel volver a aspirar se pueden observar por su resiliencia. Y si valoramos cómo el pueblo lo vine ponderando positivamente, decir algo más al respecto, es caer en la redundancia.
Finalmente, el NO HAY MARCHA ATRÁS expresado por Leonel, además de ser una determinación, una decisión sin opciones, manda el mensaje de que hay que acompañarlo, apoyarlo o eliminarlo en el combate, o por lo menos, hay que dejarle el espacio libre.